Los Defensores de Matt Fraction. Un tebeo de los de toda la vida

Marvel tiene una extraña querencia por arruinar guionistas. Allí les gusta coger a escritores del medio independiente, donde han demostrado su valía y meterlos de lleno en pleno centro del Universo Marvel donde las restricciones propias del negocio y los caprichos editoriales les coartan impidiendo desatar su arte.. Así, guionistas que dan lo mejor de sí en series periféricas o directamente independientes, hacen trabajos mediocres cuando se los pone al mando de la Patrulla-X, de Los Vengadores o del macro evento de turno. Esto ha pasado siempre y uno de los últimos casos es Matt Fraction. Denostado (no sin razón) por muchos debido a sus etapas al cargo de los mutantes, de Iron Man o del evento veraniego de hace un par de años, Miedo Encarnado, no hay que olvidar que también es el responsable de El Inmortal Puño de Hierro hace ya unos años, de la imprescindible Ojo de Halcón en la actualidad o de Los Defensores cuya publicación acaba de terminar recientemente en España. Es en estas series alejadas del foco principal de la editorial en la que se le permite rienda suelta para liberar sus locas ideas y su divertida y amena narrativa.

Los Defensores nació precisamente del interior de Miedo Encarnado, probablemente uno de los eventos más insípidos de la Marvel reciente. Desde que Axel Alonso llegó a la silla de Editor Jefe de Marvel dejó claro su interés por potenciar a personajes marginales que no habían encontrado su espacio en el Universo Marvel, y junto al mismo Ojo de Halcón o el Hombre Hormiga, los Defensores siempre estuvieron en esa lista, así que tras el final de Miedo Encarnado, se decidió que fuera el propio escritor del evento, Matt Fraction, quien se encargara del relanzamiento de la serie. Aún así, pese a lo que nos quisieron hacer creer, Los Defensores no nace con naturalidad de Miedo Encarnado, de hecho podría haberse hecho en cualquier otro momento sin apenas cambiar el argumento. Nul el Destructor, salido de las cenizas del evento, es utilizado como gatillo para dar el pistoletazo de salida al primer arco de la serie, pero no es ni mucho menos, parte fundamental e imprescindible de la historia.

Antes de continuar hay que destacar que Los Defensores no es (y esta es el segundo engaño respecto a esta serie) una serie abierta. Desde el primer momento, y muy en consonancia con el espíritu del no-grupo, se trata de una historia perfectamente cerrada, dividida en arcos para adecuarla al mercado actual, pero con un principio y un final perfectamente cerrados a pesar de que la política actual de la editorial le impidiera venderla como lo que es, una maxiserie de las de toda la vida. Al sacarla como serie regular en vez de limitada se ve debilitada por el problema endémico de las series de superhéroes actuales, el baile de dibujantes. La serie comienza con unos Terry y Rachel Dodson muy en consonancia con el tono de la serie pero pronto comienza a ver pasar por sus páginas a dibujantes de muy variados estilos debilitando considerablemente el resultado final. De entre todos, hay que destacar no obstante el trabajo de Jamie McKelvie que ya aquí comienza a mostrar el estilo depurado y original que le está produciendo numerosas alabanzas en su etapa actual en Jóvenes Vengadores, si los 12 números de la serie hubieran sido dibujados por él, estaríamos hablando de una obra muy superior.


Los Defensores tiene una virtud que se echa en falta en muchos tebeos actuales de Marvel o DC y es que la historia que se cuenta solo podría haberse contado en esta cabecera. Lejos del argumento genérico de héroe contra villano-villanísimo que vemos todos los meses, Fraction entrega una historia propia de Los Defensores, una historia divertida, excéntrica e inquieta, llena de casualidades y misterios que se resuelven mes a mes solo para atrapar aún más al lector en una espiral que lo lleva hasta un desenlace que, de nuevo, solo podía tener lugar en un cómic de Los Defensores, el grupo ha salvado el universo entero, y nadie lo sabrá jamás. Y además lo hace con el sentido del humor que caracteriza al guionista y al que solo puede dar rienda suelta en este tipo de cómics más separados del núcleo de la editorial. No solo los personajes están definidos por el humor, destacando un sentido del humor diferente para cada uno, diferenciándolos y haciéndolos más indispensables en la historia, sino que la propia narrativa está llena de humor, comenzando por las notas a pie de página tan típicas en los tebeos de la editorial durante la Edad de Plata. Estos comentarios a pie de página son usados por Fraction como guiño a una época pasada, como desmelene y muestra del sentido del humor de la serie e incluso como avance de lo que ocurrirá en números posteriores. Desde el punto de vista metanarrativo,  muchos de estos comentarios funcionan como profecía de lo que ocurrirá, presentan otra lectura al cómic, una lectura relacionada no con lo que se está leyendo sino con lo que ocurrirá en el futuro de la historia. 

Los Defensores son una muestra del amor de Fraction por los tebeos de toda la vida, con numerosos guiños al trabajo de Jack Kirby, reinventado conceptos usados por el “Rey”, y llevando a sus personajes de un lugar a otro en una sucesión de aventuras sin descanso. En 12 números, Fraction nos lleva a Nueva York, la Montaña Wundagore, Atlantis, Wakanda, a 1967 (en el que es el mejor número de toda la serie, una psicodélica historia protagonizada por un Nick Furia alternativo en lucha contra una Hydra dirigida por un Hitler-Frankenstein), al espacio, a un futuro apocalíptico, y sobra espacio para la aparición de personajes como Preste Juan, las armas inmortales, La Confederación de Curiosos, John Aman, el Consejo de Anticuarios, los Omegas y otros muchos igual de extravagantes, e incluso se permite reescribir el origen del Universo Marvel dando una explicación a la proliferación de héroes en la Tierra similar a lo que ya hicieran Alex Ross y Jim Krueger en Tierra-X, algo que habrá que ver si Marvel tiene en cuenta en el futuro o simplemente pasa al cajón de las ideas-de-las-que-nunca-más-se-supo.

Matt Fraction, demuestra en Los Defensores, igual que está haciendo en la actualidad en la imprescindible Ojo de Halcón, que es uno de los mejores guionistas en nómina actualmente en la industria de los superhéroes, pero que necesita su espacio y su libertad para dar lo mejor de sí. Sabe cómo contar una historia y le gusta jugar con los elementos narrativos para hacerlo de forma original. Fraction ha nació para escribir tebeos de los de toda la vida, de los de leer mes tras mes, de esos en los que pasan tantas cosas que conviene releer cada número antes de leer el siguiente. Tebeos con sabor a grapa.


NOTA: En este enlace podéis ver todas las portadas y algunas portadas alternativas de la serie.

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